El cambio vertiginoso que las nuevas tecnologías han provocado en el desarrollo de nuestra sociedad es de tal magnitud, que los sentimientos, las emotividades e incluso las consecuencias de cualquier suceso se ven supeditados en mayor o menor grado al tratamiento o conocimiento que se le presta en determinados medios de comunicación como la televisión, la radio o en las propias redes sociales.
El fenómeno de contagio sentimental que a través de estos medios ha provocado a nivel nacional el crimen perpetrado contra el niño Gabriel en Las Hortichuelas (Almería), solo es comparable con el que se produjo como consecuencia del asesinato de Miguel Angel Blanco y del que surgió el “espíritu de Ermua”.
Aquellos días de angustia hasta que se perpetró la vil ejecución de Miguel Angel, provocó una reacción colectiva de todo el país que horrorizado ante la crueldad y maldad de los asesinos de ETA, terminó arrastrando a los partidos políticos a un gran pacto nacional para combatir el terrorismo con un resultado altamente positivo.
La explosión de rechazo popular que ha producido la trágica muerte de Gabriel y los sentimientos de solidaridad que ha despertado en todos los rincones de España debería originar una reacción similar para que el “espíritu de Gabriel” se convierta en una serena y profunda reflexión social sobre las raíces de la alarmante ola de violencia y el desprecio de la vida humana que, desde su origen, se detecta hoy en determinados sectores de la sociedad.
Lamentablemente,el Congreso ha defraudado las expectativas esperadas.El odio hacia el P.P.se antepone a los intereses y al clamor de la sociedad ,pidiéndose la derogación de la legislación penal vigente.!! Que pena de dirigentes políticos!!
Juan, esto no tiene nada que ver con nuestra etapa del
Bien dices lo del respeto a la vida «desde su origen». La admisión del aborto como un derecho, derecho a matar, ha provocado mucha insensibilización sobre el valor de la vida.¿Qué más da matar a un ser humano de ocho semanas, de ocho meses o de ocho años?
Rafael, esa es la contradicción en la que hoy se está viviendo. Rechazar la pena de muerte e incluso la prisión permanente pero abanderar esos mismos la muerte de un ser inocente que está aún en el vientre de su madre, maltratar un animal no pero maltratar a un ser humano concebido y aun no nacido da igual…eso es violencia y es una de las causas principales del clima actual de desprecio a la persona y a la vida humana, tenga la edad que tenga. Gracias y un abrazo Rafael
No se puede ignorar a esos padres que estuvieron en el Congreso para apoyar lo que merecen estos asesinos. La sociedad entera clama por una pena importante. Los padres nos vemos reflejados en ellos. No es de recibo que partidos políticos, por razones políticas, dejen de oír a la Sociedad. Les pasarán factura.
Hoy, Manolo, la clase política está muy alejada de los ciudadanos, de sus problemas reales y estos de la «nueva política» son otro fiasco, es un problema de unas generaciones que están en un vacío de ideales, de valores incluso humanos donde la misma vida humana ha perdido el sentido que le da el ser persona con toda la dignidad que como tal le corresponde…pero no basta con quejarnos, hay muchos jóvenes y gente menos joven con grandes valores e ilusiones, hay que seguir luchando por ellos y examinar donde hemos fallado… un abrazo y gracias por tu comentario