No es mi intención la de recapitular y comentar la ingente cantidad de despropósitos que últimamente padecemos los sufridos españoles en ámbitos como el de la política, la vida social o incluso la religiosa. Es innegable que hoy, después de muchos años de pacífica convivencia y entendimiento, estamos enfrentados como consecuencia del muro de la vergüenza que Pedro Sánchez ha reconstruido, con la malsana intención de dividir a los españoles entre “buenos” y “malos”…
Aunque ya evito alterarme por los sobresaltos que diariamente inundan los informativos de las radios o televisiones con noticias tan desoladoras como, por ejemplo, las que se refieren a los disparos o hachazos con los que hoy se resuelvan muchas de las desavenencias familiares; las peleas de gallos en las que se ha convertido el palenque de nuestra soberanía nacional o los viajes de nuestro Marco Polo particular que ahora ha intentado convencer a los chinos de Pekín para que la “ruta de la seda” pase por Cataluña, siempre hay alguna que te remueve del sillón como espectador del circo en el que se ha convertido la vida pública española.
Solo me voy a detener en dos de ellas que confieso que al escucharlas, solo se me ocurrió expresar mi asombro con ese “latiguillo” tan divertido del llorado humorista Chiquito de la Calzada: ¿comorrr…?. Me refiero en primer lugar a la explicación con la que la Vicepresidenta primera del Gobierno “despachó “ a los asombrados senadores que ilusamente la interpelaban sobre al acuerdo de financiación singular pactado entre PSC y ERC para la entronización de Salvador Illa como presidente de la Generalitat: “Lo que dice el acuerdo es lo que dice, y lo que no dice el acuerdo, como usted decía, no lo dice”, fueron textualmente las palabras de tan “ilustre” alto cargo del Estado.
Esta sandez tautológica de la Vicepresidenta, solo ha servido para levantar una polvareda de incertidumbres y temores entre los presidentes de las CCAA por la desigualdad de trato económico y fiscal que se pretende aplicar a Cataluña en relación con el resto de las regiones de España. Desigualdad agravada además, por el oscurantismo antidemocrático con el que se cuecen las decisiones que solo favorecen a los intereses de los dirigentes socialistas e independentistas.
La segunda “sorpresa”, mucho más inquietante que la anterior, me sobrevino cuando en otra de sus intervenciones memorables, en esta ocasión en el Comité Federal del PSOE celebrado recientemente, Pedro Sánchez sentenció con su engolamiento habitual: “Vamos a avanzar con determinación, con o sin apoyo de la oposición, con o sin concurso del poder legislativo”. Esta amenaza a la España democrática del siglo XXI y esa actitud permanentemente despreciativa hacia la oposición y su representación parlamentaria, solo se merece como respuesta las palabras que en 1940 pronunció Charlie Chaplin en el memorable discurso que pronunció en la película “El gran dictador”:
“No os entreguéis a ésos que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir. Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquina, con cerebros y corazones de máquina. Vosotros no sois ganado, no sois máquinas, sois Hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros corazones, no el odio. Sólo los que no aman odian a los que nos aman y los inhumanos.”
Publicado en Diario SIglo XXI., Alerta digital., Melilla Hoy., El Confidencial digital., La Paseata.,